Creciente uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes de Lanzarote

Mesa Insular de Trabajo en Prevención de población infanto-Juvenil
El Cabildo de Lanzarote, a través del Área de Bienestar Social e Inclusión, ha llevado a cabo una nueva Mesa Insular de Trabajo en Prevención de la Población Infanto-Juvenil

El Cabildo de Lanzarote, a través del Área de Bienestar Social e Inclusión, ha llevado a cabo una nueva Mesa Insular de Trabajo en Prevención de la Población Infanto-Juvenil, con el fin de garantizar el bienestar de este sector.

El encuentro reunió a numerosos profesionales de los ámbitos educativo, sanitario y de servicios sociales, así como a técnicos y responsables de los departamentos de Adicciones y Prevención de la Corporación insular y miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Durante la reunión, se presentaron los resultados de un estudio sobre los hábitos adictivos en jóvenes de municipios con más de 20.000 habitantes, incluyendo Arrecife, Teguise y Tías, con una muestra de 1.381 estudiantes. Este diagnóstico proporciona datos significativos que influirán en las políticas futuras.

El consejero de Bienestar Social, Marci Acuña, destacó que “este tipo de estudios se convierten en una herramienta muy importante que nos ayuda a definir políticas preventivas más eficaces”. Acuña enfatizó la necesidad de avanzar más allá del diagnóstico, afirmando que “debemos debatir y poner en marcha propuestas concretas de intervención a nivel legislativo y administrativo, que nos permitan actuar y trabajar con la familia y la comunidad para corregir el déficit de prevención existente”.

Entre las conclusiones del estudio se observa una disminución alarmante en la edad de inicio del consumo de alcohol, con casos que comienzan a los 12 años. Además, se identificó una permisividad familiar significativa, siendo el hogar uno de los entornos donde más se produce este consumo. En el caso de drogas como el cannabis, la cocaína o el éxtasis, la edad de iniciación también se sitúa en 12 años o menos.

El informe también resalta el creciente uso de cigarrillos electrónicos, con una errónea percepción entre los jóvenes de que son inofensivos. Las bebidas energéticas se han vuelto un hábito común, y muchos jóvenes creen que su consumo no representa un riesgo para la salud. Además, el uso excesivo de internet y dispositivos tecnológicos está afectando negativamente la socialización y el descanso de los jóvenes.